“La
escuela no cabe en los estrechos márgenes del aula” José Ingenieros.
Me quedé dormido tres días y soñé que
había maestros, profesores, formadores… gastando vacaciones y pagas extras en
aprender, compartir, sentir, disfrutar, crecer y reír. El aula de mi sueño no
tenía paredes y estaba llena de blogs e historias maravillosas donde los niños
y adolescentes disfrutaban aprendiendo.
Las
miradas eran limpias, alejadas de prejuicios.
Cuando quisimos sentarnos en el balcón
del faro un ferri cruzaba el mar a ritmo de ciclón. Fernando Trujillo (@ftsaez)
llevaba el timón con la soltura de un navegante sólido porque: “Aprende por
todos los lados. Lee y escribe donde puede. Habla donde le dejan. Le gusta
escuchar. Enseña en la UGR” y lo demuestra siendo un valiente cada día.
Las camisetas no entraban en los
cuerpos porque el rey del sueño creía que eran para niños. No hubo ni una sola
mala cara. Se extendieron por encima de los cuerpos con la naturalidad de quien
se siente a gusto. Fotos desde cielo y tierra para plasmar en la eternidad
sonrisas incansables.
Momentos de pausa entre cafés,
cervezas, zumos e iPads. Conversaciones secretas, abrazos deseados, miradas
infinitas, voces dirigidas… Camino de un concierto donde los ángeles tocaban
sin guión. Música celestial improvisada y copas de mano en mano. Todo era
utópico. Karaokes sabineros en inglés y ninos bravos gritando libertad. Deshoras
en Roma y diálogos bajo portales a en los momentos que ponen las calles.
Las emociones detienen los
despertadores y se resisten a retirar las sábanas de un viernes maravilloso.
Ponencias, avisos, talleres, comidas, sobremesas y principiantes con ganas de
fórmula 1.
MAGIA. Esa es la palabra que hace
posible lo que sentí. Subido en un escenario que huele a responsabilidad y con
un grupo humano entregado guardando silencios que se oyen en el cielo comprobé
lo maravilloso que es nuestro trabajo. Educar para la vida y no para la escuela
como objetivo y libros cargados de Paz entre Alvaritos y saharauis se
encargaron de las lágrimas sinceras. Aplausos que resuenan en el corazón y
GRACIAS con mayúsculas.
David es un valiente de otro tiempo.
Se puso el traje de maestro y pidió escuchas para el alumno incomprendido que
quiere ser el protagonista. Sergio me enamoró desde su caricatura hasta la
dulzura de su madrina. Chandalero 2.0 es lo que me gustaría ser a partir de ya.
Susana y Mª Ángeles recorren Murcia y el País Vasco a base de hacer las cosas
bien.
La radio sonó desde el sosiego de unos
nervios apagados por el calor humano recibido. Marcos (@mcadenato) gritó muy
bajo al micrófono la síntesis de su percepción en las ponencias novatas: “AMOR,
HUMOR y TRABAJO”. Poco que añadir.
Mesas redondas presididas por lubinas,
tostones y entrecots. Diálogos nuevos, experiencias compartidas y
reivindicaciones de futuro. La sala pasó de comedor a discoteca de cerezas.
Botellones en la puerta, en la zona de fumadores. Bailes de los ochenta,
ensayos de polkas, corros y trenecitos de barra libre. Luego la intimidad de la
noche permitió dispersiones a terrazas y dormitorios.
El sábado amaneció con resaca. Dos
días durmiendo dan para mucho cansancio. Ya quedaba menos para el inesperado
madrugón. Reflexiones grupales con pocos voluntarios “unconferencies”. Premios
donde la sencillez de Adrián define la calidad humana del Sekeirox porque hay
reconocimientos que no se pagan con dinero. Y entretanto un Ángel de los verdad
(@angelsaez) saca la guitarra de la vida y la hace sonar como nadie. Pide ayuda
al agua “bautismal” bendecida por la experiencia de los que siempre están y
estarán. La derraman sobre ellos y se hacen eternos.
Desperezados del sueño suena una
música celestial en el patio del colegio y dirigidos por el que mejor sabe
hacerlo (@Isidro) comienza un baile envidiado por los ausentes y despiertos. Lo
de después prefiero no contarlo porque al despertar todos se abrazaban y
lloraban “tristes” porque su sueño había terminado.
No puedo citar a todos porque no sería
justo olvidar a nadie. De lo demás se encarga un pajarito llamado twitter que
ha cambiado mi vida.
#Aulablog12 ha marcado un antes y
después en mis sueños: Otra educación es posible. Nuestros alumnos la merecen.
El futuro tiene otro color. Hay personas que sí quieren.
Y afortunadamente, no fue un sueño.